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Historia del toro de Grazalema - El Toro de Cuerda de la Virgen del Carmen
Indice del artículo
Historia del toro de Grazalema
El Toro de Cuerda de la Virgen del Carmen
El Toro de Cuerda y su Tradición
Anécdotas
Cambios
Forma de correr El Toro de Cuerda
Todas las páginas

En Grazalema son los monjes Carmelitas Descalzos los que cristianizan la fiesta del toro a comienzos del siglo XVIII. Desde entonces, el toro del pueblo se convierte en el toro de la Virgen del Carmen. Los monjes construyen en el barrio alto del pueblo un convento que es hoy día La Iglesia de San José, y edifican un hospicio, sitio de alojamiento de peregrinos que pasan temporadas en el pueblo. Así mismo, los monjes crean una hermandad, la Hermandad de la Virgen del Carmen. En el barrio bajo se construyen, más o menos en el mismo tiempo, varias iglesias, y se reforma la mezquita convirtiéndose en la Iglesia de San Juan. Varias hermandades se crean, pero sobre todo una, la Hermandad de la Virgen de los Ángeles. Fundada por eclesiásticos seculares, agrupará a la mayoría de los habitantes del barrio bajo. De esta forma, los barrios alto y bajo terminan teniendo cada uno sus propias hermandades, respaldadas por diferentes órdenes religiosas.

Virgen del CarmenUnos, veneraban a la Virgen del Carmen; los otros, a la Virgen de los Ángeles. La primera, financiada en gran parte por el capital de los monjes, se encargaba de organizar y pagar tanto los festejos en honor a su Virgen como la compra del animal. Por otra parte, la Hermandad de la Virgen de los Ángeles organizaba los festejos dedicados a su propia Virgen. La rivalidad entre uno y otro bando se acrecentó con la función que estas dos hermandades desempeñaban en el pueblo, alcanzando su mayor grado de tensión durante los siglos XVIII y XIX, siglos de mayor apogeo económico, en los que Grazalema llegó a contar con cerca de nueve mil habitantes. Las confrontaciones entre las dos decrecerá durante la decadencia económica del pueblo, desapareciendo, aunque no totalmente, a principios del siglo XX.

La rivalidad tuvo profundas consecuencias sociales y llegó a tal extremo que, en las procesiones que se organizaban durante las celebraciones de sus fiestas, cada Virgen se paseaba tan sólo por las calles de sus respectivos barrios, guardándose muy bien de no pisar territorio contrario. Y lo mismo ocurría con las fiestas del toro, corriéndose el animal por separado en cada barrio. Historia del toro de Grazalema

Las hermandades y las fiestas cristianas, fueron impuestas por una institución del estado, la Iglesia. La fiesta del toro, por el contrario, aunque dentro de la estructura interna de la Iglesia, siguió conservando su fuerza popular. El culto y el ritual de la Iglesia no ofrecía a la Comunidad, considerada ésta como una entidad, representaciones colectivas. Su simbolismo religioso no unifica a los grazalemeños; por el contrario, los dividió en los que respecta sus cultos religiosos y, aún más, en sus relaciones sociales. Por otra parte, la Iglesia, por medio de las Vírgenes y organizaciones como las hermandades, creó en cada barrio un fuerte sentido de identidad.

 

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